Espacio para plantear preguntas, compartir ideas e indagar sobre diferentes técnicas de la psicología y su acercamiento al trabajo con danza, arte y creación.
Psicología desde el juego: Terapia de Juego No Directiva
La Asociación Española de Terapia de Juego -AETJ- describen la terapia de juego como "una serie de métodos y técnicas lúdicas especializadas, cuyo objetivo son que el niño encuentre múltiples oportunidades para la expresión y autocontrol de sus emociones, la expansión de la conciencia, el reconocimiento de sus propios recursos y potencialidades, así como la normalización de sus pautas de desarrollo". Dentro de estos métodos se encuentra la terapia de juego no directiva basada "en la suposición de que cada individuo lleva dentro de sí mismo [...]la habilidad de resolver sus propios problemas de una manera efectiva" (Axline, 1974) sin necesidad de directrices, guías, o supuestos del terapeuta. La permisividad que se le da al niño o niña que ingresa al espacio de juego les permite experimentar un cierto grado de libertad que en muchas ocasiones les es negado subestimando sus capacidades de análisis, objetividad, madures o dignidad. Así mismo, esta libertad permite que al recibir información sobre las emociones que vivencia dentro de la sesión (a través del reflejo empático) pueda, poco a poco, ir reconociéndolas, clasificándolas y creando una consciencia de cuando y como las utiliza mientras explora el mundo.
Para trabajar esta linea terapéutica, es necesario una habitación con variados materiales de juego (pinturas, muñecos, arena, peluches, marcadores, etc.) y, de ser posible, un lavamanos.
Para mantenerse siempre al servicio de las necesidades del niño o niña, es necesario estar al tanto de los 8 principios básicos:
1. Debe desarrollarse una relación interna y amigable con el niño o niña, mediante la cual se establece una armonía lo antes posible. 2. Aceptar al niño o niña tal y como es.
3. Debe crearse un sentimiento de actitud permisiva en la relación, de tal forma que el niño o niña se sienta libre de expresar sus sentimientos por completo. 4. Se debe estarse pendiente en todo momento de reconocer los sentimientos que el niño o niña exprese y debe reflejarsele para profundizar más en su comportamiento.
5. Deber darse respeto por las habilidades que el niño o niña posee para solucionar problemas. Es él o ella quien toma las decisiones y realiza los cambios que le parezcan convenientes. 6. El niño es quien guía las conversaciones y acciones. Guía el camino que el terapeuta debe seguir.
7. La terapia es un proceso gradual que no debe ser apresurada por el terapeuta y debe respetarse como tal. 8. Únicamente debe imponerse limitantes que sean necesarias para conservarse realista y hacer responsable al niño o niña de su parte en la relación paciente-terapeuta.