El trabajo a través de la terapia gestáltica tiene amplia trayectoria en el ámbito de los adultos. Si no conoces mucho sobre la Terapía Gestalt en general, mira este video:
Las aplicaciones terapéuticas con niños inicial primordialmente con Violet Oaklander (http://www.vsof.org/), quien
retomó los supuestos de la Gestalt y
desarrolló un modelo de terapia enfocado al desarrollo saludable del niño y al
funcionamiento armónico de sus sentidos,
cuerpo, emociones e inteligencia. Para
esta autora, el niño tiene que aprender a
utilizar todos sus sentidos, primero para
sobrevivir y después para aprender
acerca de su mundo. El niño sano ejercita
su cuerpo y sentidos para utilizarlos con
habilidad; aprende a expresar sus
sentimientos con congruencia, desarrolla
su intelecto rápidamente y descubre el
lenguaje como un medio para expresar sus sentimientos, necesidades, pensamientos e ideas.
Desde esta perspectiva, la salud se logra a través del desarrollo holístico constante y armónico
de los sentidos, cuerpo, emociones e intelecto. Así, el niño confía en él y en su fuerza interior
que lo lleva a la autorrealización y a adquirir un sentido de ser en el mundo (Oaklander, ed.1992).
1. Hacer que el niño comparta la
experiencia de dibujar, sus
sentimientos acerca de enfrentar y
hacer la tarea. Esto
es compartir más el YO.
2. Hacer que el niño comente el dibujo que
realizó, describiéndolo a su manera.
Al realizar esto el niño expresará
sentimientos a través del dibujo realizado.
3. A un nivel más profundo, estimular en el
niño el autodescubrimiento pidiéndole que
se explaye sobre fragmentos específicos
del dibujo, esclareciendo los fragmentos,
haciéndolos más obvios, describiendo las
figuras, formas, colores, representaciones,
objetos, personas.
4. Pedir al niño que describa el dibujo
como si éste fuera él, usando la
palabra YO: “Yo soy este dibujo, Yo
soy de color rojo, tengo un cuadro azul
en el medio...
5. Escoger cosas específicas en el cuadro
para que el niño se identifique con ellas:
“Sé el cuadro azul y descríbete
enumerando todas tus características…”
6. Hacer preguntas al niño, sí es necesario, para
ayudarle en el proceso: “¿Qué es lo que haces? ¿A
quién quieres más?”
Estas preguntas surgirán de su capacidad de
“meterse” en el dibujo junto con el niño y abrirse a
las múltiples posibilidades de existir, funcionar y
relacionar.
7. Concentrar aún más la atención del niño y agudizar
su toma de conciencia mediante el énfasis y la
exageración de una o más partes del dibujo.
Las preguntas a menudo ayudan: ¿A dónde va ella?
¿Qué va hacer? ¿Qué le va a ocurrir? Y así
sucesivamente. Sí el niño dice “no lo sé” no desista,
trasládese a otra parte del dibujo, haga otra
pregunta, de su propia respuesta y pregúntele al
niño si esta correcta o no.
8. Hacer que el niño entable un diálogo
entre dos parte de su dibujo o entre
dos puntos de contraste u opuestos
(ejemplo: el lado feliz y el lado triste)
9. Estimular al niño para que ponga atención a los colores.
Al dar sugerencias para un dibujo mientras el niño
está con los ojos cerrados, se puede decir: “Piensa en
los colores que vas a usar. ¿Qué significan para ti los
colores brillantes? ¿Qué significan para ti los colores
oscuros? ¿Vas a usar los colores brillantes u opacos,
colores claros u oscuros? “Se tiene como objetivo que
el niño esté bien consciente de lo que hizo, incluso si
no quiere hablar de ello.
10. Estar atentos a claves en el tono de
voz, postura del cuerpo, expresión
facial y corporal, respiración y silencio
del niño.
Observar una clave corporal puede ser
el factor individual más importante
para desenmarañar una situación difícil.
11. Trabajar la identificación, ayudando al niño a
reconocer lo que se ha dicho sobre el cuadro o
partes de este.
Se puede preguntar: ¿Siempre te sientes así?
¿Alguna vez haces esto? ¿Encaja esto con algo
de tu vida? Con esta técnica los niños pueden
sentirse que han sido escuchados y que han
expresado a su manera lo que necesitaban o
querían en ese momento.
12. Dejar el dibujo y trabajar en las
situaciones de vida del niño y los asuntos
incompletos que emergen del cuadro. En
oportunidades el niño repentinamente se
pondrá muy silencioso o alguna expresión
cruzará su rostro. En ese momento puede
decírsele ¿Qué acaba de pasar?
13. Estar atento a las partes faltantes
o espacios vacíos en los cuadros y
prestarles atención.
14. Permanecer en el flujo de primer plano del niño
o prestar atención a mi propio frente, donde
encuentro interés, entusiasmo y energía. A
veces voy con lo que está allí, y otras, me
adhiero a lo opuesto que hay.
Generalmente se trabaja primero con lo que es
fácil o cómodo para el niño, antes de
adentrarme en los lugares más difíciles e
incómodos.-
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